De vuelta a casa

Ya han pasado las «temidas» colonias. Vuestros mensajes de apoyo y ánimos me ayudaron, todo sea dicho, así que muchas gracias por estar ahí. Pues bien, como muchas de vosotras dijisteis, los días se me iban a pasar rápido al estar tan ocupada con los otros niños. Y así ha sido. 
Llegamos el miércoles por la mañana al albergue donde íbamos a dormir, y una vez estuvimos empezamos las diferentes actividades que tenian preparadas los monitores de la casa de colonias. Todas ellas muy interesantes dicho sea de paso, aprenden tanto los niños como los propios profesores! El primer día hicimos un recorrido por una zona de la ciudad de Manresa, siguiendo las instrucciones de un plano y completando unas fichas que debían responder a partir de la observación de elementos de edificios, esculturas, etc. Por la tarde aprendimos como realizaban vino hace muchos años en la casa de colonias que fuimos y para acabar la actividad los niños hicieron mosto. ¡Quedó muy bueno! El segundo dia fuimos a pasear por la sequia que hay cerca de la ciudad y estudiaron sobre la salinidad del agua. Por la tarde hicieron un experimento para hacer agua potable. El tercer y último día fuimos a visitar la Montaña de sal de Cardona y el castillo de este pueblo. En conjunto unas actividades interesantes como he dicho. En los tiempos de ocio nos dedicábamos a jugar a basquet, futbol, hablar… Y por las noches a hacer juegos con las linternas o escribir un diario personal sobre el día que habían vivido.
Da gusto trabajar y estudiar en un espacio así, ¿no?
Hubo momentos más buenos y otros en los que se hicieron más difíciles, ya se sabe como son los niños. Tantas horas juntos podían surgir roces y allí teníamos que estar los maestros para hablar con unos, con otros, para limar asperezas. 
Haciendo tantas cosas y estando tan ocupada los minutos y horas pasaron muy deprisa, y en cuanto me di cuenta ya estaba en el autocar de vuelta a casa.
Cabe decir que mi marido me iba enviando fotos del peque y mensajes diciendo como había pasado la noche, si estaba comiendo bien o no, e incluso en un momento que les llamé pude oir la vocecita de mi niño hablándome a través del teléfono. Según mi marido con una sonrisa de oreja a oreja. 
El viernes por la tarde llegué y cuando ya quedaban pocos niños para entregar a sus padres, llegó mi marido con el niño (que vinieron a buscarme en coche). La cara que puso al verme era de felicidad absoluta. Una sonrisa enorme me recibió y un abrazo muy, muy largo. No quiso separarse de mí en un buen rato. Luego, a lo largo de la tarde, me iba mirando y sonriendo y dándome sus besitos tan tiernos.
Esta noche he vuelto a dormirle en mis brazos mientras se tomaba su biberón de la noche y no sabéis la felicidad que tenía de volver a notar sus manitas, su respiración, darle besitos, verle cerrar sus ojitos… en fin, ¡le echaba mucho de menos! Esta mañana no me ha despertado el despertador sino sus quejidos para que le cogiéramos y lo lleváramos a nuestra cama. Al verme se ha abrazado a mí y hemos seguido durmiendo un ratito más juntos.
Así que sí, se puede superar esta pequeña separación y el niño no solo no se ha olvidado de su madre sino que en cuanto me ha visto se ha puesto muy feliz y me va regalando besitos y mimitos a lo largo del día.

Primera separación en 16 meses

Ya ha llegado octubre. En este mes había un par de cosas importantes, a parte de las ya relacionadas con el curso y festejos varios, como la llegada del otoño y la castañada. Una de las cosas importantes ya ha pasado: la reunión de inicio de curso con los padres de los niños. Reunión hecha, todo bien, una crucecita marcada en el calendario. Ahora bien, falta la siguiente cosa importante: LAS COLONIAS. 
En mi escuela las colonias las intentamos hacer lo más pronto posible (excepto en parvulario y ciclo inicial, que las dejan para el final de curso) y nosotros, en cuarto de primaria, solemos ir sobre estas fechas. Así que ya me veis preparando actividades pre-colonias, hablándoles a los niños de las mil y una activididades que haremos (vamos a un «campo de aprendizaje») y de verles sus caritas de ilusión porque nos vamos de colonias. 
A mí me suelen gustar las colonias. Al sitio donde vamos estamos muy bien, no está lejos de nuestra ciudad y por lo tanto el viaje no se hace muy pesado. [Anécdota: Una vez fuimos a una casa de colonias a dos horas en autocar y casi me entra un soponcio… además que era una carretera de curvas y tuvimos los típicos percances de este tipo de viaje… (y yo en aquellas colonias iba embarazada de dos meses!! Así que imaginaros!). Pero este año no vamos a ese sitio, nos quedamos más cerca].  Pero el caso es que este año no voy con la misma ilusión de siempre. Este año me voy con una pena enorme. Sí, sí… a lo mejor pensareis que soy un poco pánfila pero es que no puedo dejar de pensar en que pasaré dos días sin mi niño. DOS DÍAS! Una eternidad para mí… 
Hoy ya le he empezado a decir que me iré dos días fuera, que no dormiremos juntos, que tendrá que dormirse con papá… en fin, pasaba un poco de mí pero espero que al menos vea que si de repente no estoy para dormir con él que sepa que es porque me he ido unos días, pero que volveré! A lo mejor ni se entera que me voy, a lo mejor ni me echa de menos… Seré yo la que necesitaré sus manitas acariciando mis orejas para dormirse, seré yo la que echaré en falta su risa, sus abrazos y besitos… CONCLUSIÓN: ¡quiero que sea ya viernes por la tarde! 
Luego el viernes llegaré y explicaré lo bien que han ido las colonias, lo divertido que ha sido vivir esta experiencia con los niños (siempre son especiales las colonias)… pero hasta que no pasen yo solo veo que estaré separada de Biel demasiadas horas.
Así que…
¿No puedo llevarme a mi peque conmigo en la mochila?
Me lo llevaría encantada.
Prometo volver a escribir en cuanto vuelva y explico qué tal la experiencia de mis primeras noches sin Biel, tras 16 meses juntos.

Va de cuentos y sonidos

Ya os he contado alguna vez que a mi hijo Biel le encantan los cuentos y los libros con sonidos y dibujos. Tengo la suerte de tener a un pequeño lector en casa 😉 El caso es que los que más le gustan son aquellos que tienen sonidos y texturas que tocar. 
Hoy os quiero mostrar dos de los cuentos que más le gustan: Els crits de la jungla (Los gritos de la jungla) es uno de los que más le llama la atención, con la especialidad de que en cada página encontramos a un animal de la jungla y apretando en la barriga o en la cola del animal te reproduce el sonido que hace. En este libro tenemos al mono, al cocodrilo, al león, al loro y al elefante. Los botones son fáciles de tocar y apretar para sus deditos tan pequeños, asi que ya lo tenéis allí un rato entretenido pasando páginas y apretando a los animalitos. Le encanta.
Hoy hemos ido a buscarle otro cuento ya que unos amigos nos regalaron uno que ya teníamos, así que buscando, buscando hemos ido a topar con otro de la misma colección pero con otro tema: Els sons de la granja (Los sonidos de la granja). Pues bien, ha sido verlo y ya saber lo que tenía que hacer con él y disfruta igual con los sonidos de estos animales tan familiares ya para los pequeños: un gallo, un cerdo, una vaca, una oveja y un caballo. Disfruta igual escuchando a los diferentes animales. Y tu disfrutas con él, por supuesto.

Las ilustraciones, además, me parecen muy graciosas y coloristas. Son libros super simpáticos y con los que seguro los más pequeños disfrutarán.

Canción para Halloween

Tengo que confesar que el tema Halloween me daba bastante pereza, más teniendo en cuenta que ya tenemos nuestra propia fiesta que es la Castañada. Pero todo empezó cuando empecé en la escuela a trabajar como profe de inglés en infantil y ciclo inicial: uno de los temas del temario son las festividades y entre ellas se encuentra la de Halloween. Y claro, ya me veis buscando información del tema, de como presentar la fiesta a los peques, qué canciones, etc. Este año he encontrado esta que presentaré a los niños la última semana de octubre. ¿Qué os parece? Knock, knock, trick or treat? Who are you?… Es enganchadiza! Espero que os guste y que podáis cantarla a vuestros peques también, por supuesto 🙂

Semana internacional de la crianza en brazos

Del 8 al 14 de octubre se celebra la semana internacional de la crianza en brazos:
“Los seres humanos somos primates portados, es decir: estamos diseñados para ser llevados en brazos. Desde los orígenes del hombre se ha transportado a los bebés, bien usando portabebés, o bien en brazos de sus madres (…) Existe un nuestra cultura la idea de que llevar a nuestros bebés es “malacostumbrarlos”. Nada más lejos de la realidad. Nuestro propio instinto nos hace desear sentirlos cerca, interactúar con ellos, atenderlos, ….“

“Si obervamos que a un bebé le hace más feliz, tranquilo y confiado el ir en brazos de su madre ¿por qué negárselo?”

 

¡LLEVAR A NUESTROS BEBÉS ES NATURAL Y SALUDABLE!


Esta frase corre por el facebook desde hoy. Imagino que habrán otras similares pero la idea es que esta semana se celebra la Semana internacional de la crianza en brazos. Ya sabéis que yo siempre que puedo llevo a mi peque en el portabebés o bien en brazos, aunque algunas veces sí que vamos con el cochecito. Últimamente Biel va más bien andando de la manita o él solito, así que llevar el portabebés es cómodo para el momento en que él se cansa de andar. 
Mucha gente me dice que se me cargará la espalda con el niño en la mochilita pero si se lleva con el cuidado adecuado no tiene porque hacer daño; y ambos, madre e hijo, disfrutamos del porteo. Él porque me tiene cerca para acariciarme las orejas, o bien para acurrucarse conmigo, o simplemente mira lo que pasa a su alrededor. Y yo disfruto porque puedo ver su carita, puedo notar su respiración, sus manitas, darle todos los besos del mundo. En cambio con el cochecito esto no es tan fácil de hacer. 
En definitiva, bienvenida semana internacional de la crianza en brazos y fuera prejuicios de niños malcriados. Lo importante es que los niños sean felices y se sientan seguros. 
¿Se puede ser más feliz?

¿Se puede ser más feliz?


¡Primer día de yoga y niños!

Hace un año empecé yoga con mi hijo. Por aquél entonces Biel tenía casi cuatro meses y simplemente me acompañaba en los ejercicios que yo iba haciendo y también se beneficiaba de masajes de relajación. Ahora, un año después, hemos vuelto a clase en el mismo centro que el curso pasado. Esta vez, la profesora es diferente y el tipo de clase también. Ya no es yoga de mamás y bebés si no de mamá y niños (de 1 a 3 años) ya que éstos ya andan solitos y a las clases del año pasado les interesaba más investigar que otra cosa (anda que no gateaban por la sala). Así que ahora el grupo ya está pensado para realizar actividades más «movidas» y hacer partícipes a los niños en las diferentes posturas y ejercicios que realizamos.
Postura de la montaña

Hoy solo hemos sido dos mamás con nuestros respectivos hijos (que ya nos conocíamos del grupo de bebés). Hemos hecho una actividad de presentación y luego ha empezado la clase. Ésta se basaba en una historia y a partir de esta historia que se iba explicando íbamos introduciendo distintas posturas de yoga: el gatovaca, la montaña, la barca… Ha sido divertido. Hemos gateado, hecho la croqueta, los niños poco a poco se iban sumando con nosotras en alguna actividad como por ejemplo pasar por debajo de nosotras cuando estábamos en la postura de la montaña (en la que quedamos como si fuera un túnel). Pero en este caso ha sido que solo pasaban por debajo de su respectiva madre, no se atrevían a cruzar todo el túnel. También nos seguían al andar, intentaban imitarnos cuando movíamos los brazos al aire… E incluso el otro peque del grupo ha hecho la postura de la montaña él solito, imitándonos. Súper gracioso. Al final de la clase hemos hecho la relajación, como solíamos hacer el año pasado también. Hoy también nos ha puesto la canción de Ma, que ya colgué en otra entrada cuando hablaba de las clases.

Ha sido una sesión bonita y entretenida. Como ya pasaba el año pasado, este tipo de ejercicio me va muy bien para desconectar de mi día a día, de mis preocupaciones y es un rato en que SOLO estoy pendiente de las posturas, de la respiración y de comunicarme con mi pequeño y con las otras mamás y niños de la sala. Aunque no sea una actividad barata (porque no lo es) para mí en estos momentos me está siendo realmente necesario tener este espacio y que además me sirve para poner a tono mi cuerpo (¡que buena falta le hace!).
Os dejo las entradas que escribí sobre yoga para mamás y bebés: